Droga, prostitución, alcoholismo, desempleo, pobreza, analfabetismo, desesperanza. Son las 7 plagas del "paraíso" canario. Hambre y miseria en Las Palmas de Gran Canaria, patrimonio de la mafia política y la corrupción.

Carmelo nació en Arenales cuando las calles 18 de Julio, Castrillo y Molino de Viento rivalizaban con los burdeles del Muelle Grande. Hoy la zona del puerto es un "desierto" (tras la desaparición de las flotas pesqueras con base en el puerto de La Luz) y el barrio de Lugo se conoce popularmente como Nueva Colombia por la nacionalidad de la mayoría de prostitutas.

A principios de la década de 1970 el Instituto Nacional de la Vivienda le adjudicó una vivienda a los padres de Carmelo en el Polígono Cruz de Piedra. Torres de catorce plantas modelo soviético en la España del Caudillo. Mil quinientas viviendas en tierras robadas a la agricultura cuando Las Rehoyas formaba parte del municipio de San Lorenzo. Bloques de hormigón y cemento en un inmenso descapado sin jardines ni aceras asfaltadas ni apenas infraestructuras ni servicios. Hoy, el barrio Polígono Cruz de Piedra dista unos cinco minutos en coche desde el parque de San Telmo, en el centro de la ciudad, pero en aquella época se tardaba una eterninad en recorrer la misma distancia.

Carmelo estudió maestría industrial y emigró a Venezuela en los años ochenta. Contrajo matrimonio con la hija de un palmero. Tiempos de bonanza económica; también de corrupción y crímenes de Estado. Lo perdió todo por culpa de un inesperado divorcio. La ex mujer y los hijos permanecieron en Venezuela y él regresó a Las Palmas de Gran Canaria. Corría el año 2002. Mucho trabajo y buenos sueldos. Inicialmente se instaló en la casa de los padres, ya ancianos. Después compró a plazos un apartamento en Siete Palmas. La "burbuja inmobiliaria" ya había gangrenado los cimientos de la economía, pero nadie escuchaba a los "agoreros" que amenazaban con un dramático pinchazo.

Ocurrió a finales del 2010. Carmelo perdió el trabajo, y como él miles de residentes isleños. Doce meses de zozobra, incertidumbre. Las noticias en la prensa no daban tregua a la catástrofe. El amanecer del 2012 no pudo ser más desastroso. El banco embargó el apartamento de Siete Palmas y Carmelo se vio en la necesidad de volver a la casa de sus padres. El regreso al Polígono Cruz de Piedra coincidió con una cinematográfica redada de la Unidad de Intervención Policial y del Grupo Operativo Especial de Seguridad del Cuerpo Nacional de Policía. Decenas de agentes cubiertos con pasamontañas y armados hasta los dientes subiendo y bajando las escaleras de varios bloques de casas; puertas blindadas hechas añicos; gritos en el interior de las viviendas asaltadas; detención de narcotraficantes; incautación de un alijo de droga; gente fisgoneando en las ventanas aledañas.

Polígono Cruz de Piedra, niños hasta las tantas jugando en las calles; suciedad en las aceras; jardines sin mantenimiento en la ladera de la calle Virgen de Loreto. La biblioteca pública más cercana está en el colegio Calvo Sotelo, junto al desaparecido cuartel de la II Bandera de la Brigada de Paracaidistas, actualmente ocupado por un parque y un complejo deportivo. La bibliotecaria Nereyda habla de las carencias de los menores de la zona:

"Hay muchos hijos de madres solteras adolescentes; niños de padres divorciados; jóvenes sin oportunidades".

Nereyda siente un cariño especial por una niña del Polígono Cruz de Piedra:

"La conozco desde que empecé a trabajar aquí, hace cuatro años. La he visto crecer, hacerse una mujercita de trece años de edad. Es un tanto introvertida, quizá por culpa de la situación familiar. De padres divorciados vive con la abuela materna. Es la primera que llega a la biblioteca y la última en marcharse. Es feliz ayudándome a su manera".

Nereyda no es una simple bibliotecaria, tampoco Loli. La bibliotecaria de La Naval durante el curso escolar organiza concursos de cuento y monta obras de teatro y conciertos de música entre los niños del Muelle Grande, gente humilde. Los chiquillos la adoran; también los padres por su labor tratando de alejarlos del camino equivocado. Loli y Nereyda o Nereyda y Loli, dos gotitas de agua cristalina en un océano de injusticia y corrupción. ¿Cuántos politicastros han reconocido su trabajo?

Cándido es sobrino del desaparecido Andrés Alvarado Janina, concejal de Unión del Pueblo Canario en tiempos del alcalde Juanito Rodríguez Doreste, un sátrapa convertido en "héroe" por la propaganda "socialista" (Filesa, GAL, Fondos Reservados del Ministerio del Interior). Vendedor de galletas en la playa de Las Canteras; billetes de lotería de punta a punta de la ciudad o pescado fresco en los pueblos cercanos a Las Palmas de Gran Canaria, no para quieto. Pero a menudo ha de recurrir a los comedores sociales por falta de recursos. De lunes a sábado cena en la parroquia de Santo Domingo; los domingos en ninguna parte. Podría desayunar o cenar (un vaso de leche y un pan con margarina) en el Centro de Acogida Municipal "Gánigo", pero se queda en la cama para ahorrar energías. Vive en San José, distante unos siete kilómetros de "Gánigo", casi una hora y media de ida y otro tanto de regreso. ¿Y volver por la noche para "cenar" lo mismo? Desayuno y "cena"... dieta óptima según la trabajadora social de Cáritas Diocesana, Loli, partidaria de quitarle el pase de la cena a un usuario de la parroquia de San Pedro porque "si cena en "Gánigo" no puede cenar aquí".

Hace un par de años Cándido entabló relaciones con otra usuaria de Cáritas Diocesana. Decidieron compartir sábanas, pobreza y vicisitudes. Un día ella lo denunció por maltrato. Cáritas Diocesana asumió la defensa de la denunciante y vetó la presencia de Cándido en los servicios de comedor, ducha y lavandería. El principio "in dubio pro reo" (presunción de inocencia consagrada en la Constitución Española mientras no haya sentencia firme) a tomar viento fresco. José David, un trabajador social de Cáritas Diocesana asistió a la vista del juicio. Dijo: "No presencié los malos tratos, pero creo la versión de ella". La jueza dictó sentencia absolutoria. Sin embargo Cáritas Diocesana no le ha permitido a Cándido volver a hacer usos de los servicios. "Como te veamos por aquí llamaremos a la policía".

Gabriela desembarcó en Las Palmas de Gran Canaria procedente de Buenos Aires hace diez años. Lo hizo del brazo del marido, grancanario. Es una mujer curiosa, inteligente, emprendedora, cualidades poco usuales en la primera capital española del analfabetismo. Cuanto menos formación tengan los siervos más podrán robar los caciques isleños. Ha sido la tónica de siempre en la colonia. El único desarrollo de Canarias ha sido el desarrollo basado en el turismo y la construcción. En la década de 1990 los jóvenes de las familia pobres abandonaron los estudios por el "maná" de mil quinientos euros o más trabajando como simples peones. Dinero, autómoviles, cocaína. Hoy, en plena crisis económica, aquellos jóvenes no tienen empleo ni formación. ¿Adónde van a emigrar como han sugerido políticos traidores como Paulino Rivero Baute o Román Rodríguez Rodríguez?

Valle de Jinámar saltó a la fama gracias a un reportaje de Callejeros. Gente viviendo entre ratas, suciedad y enfermedades. Ardió Troya entre los politicastros de Telde y Las Palmas de Gran Canaria (el barrio de Jinámar se divide entre ambos municipios). La concejala de Servicios Sociales de Telde, María Gloria Cabrera Calderín, puso el grito en Andrómeda:

"Todo indica que no estamos ante profesionales de la información ni ante periodistas críticos y militantes que apuestan por una sociedad mejor, esos que muchas veces nos han ayudado a tomar conciencia a todos de problemas que ocurren en cualquier lugar del mundo, sino ante productoras audiovisuales que mercadean con los sentimientos de las personas y que no tienen reparo alguno en explotar y magnificar las miserias humanas en lo que parece ser una nueva forma de reality show de muy dudosa moralidad y acentuado morbo social".

La dignidad "herida" de la concejala de Nueva Canarias (o Nueva Canalla como se conoce popularmente) se ha convertido en la comidilla de Telde a raíz de un turbio asunto desvelado por Telde Noticias. Gabriela sonríe cuando habla de los politicos de Telde.

"En Telde hay muchos brutos en el Ayuntamiento y en Jinámar mucho fatalismo, ignorancia. ¿Qué va a suceder aquí a medio plazo? Me da miedo salir a la calle incluso a plena luz del sol. Jinámar es un barrio sin ley".

Gabriela perdió el trabajo a principios del 2012 y está a punto de perder la vivienda por falta de pago. Ha tratado de organizar a un grupo de mujeres de Jinámar, pero ni hay "mano de obra" interesada ni las instituciones públicas han sido capaces de estudiar su propuesta de trabajo comunitario. "He enterrado diez años de mi vida. Voy a regresar a Buenos Aires, quiero para mi hija otra vida, sin estados de sitio, sin tanta corrupcion administrativa como he visto en Telde, sin tan poco futuro como tiene la juventud.

Firmado: José Antonio Bonilla Álamo.

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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

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