INVASIÓN POR INMIGRACIÓN
GUERRA DE CUARTA GENERACIÓN


Cuando tenía la duda de si lo llevado escrito sobre la ilegal inmigración que en oleadas bate las costas canarias y penetra mansamente tierra adentro sin que nada se le oponga obedece a causas naturales socioeconómicas o se trata de una organizada "conquista silenciosa" islamista, los benefactores de los inmigrantes, sin fundamentos para defenderlos, acusan a los que suponen motivaciones político-religiosas con socorridos epítetos de racistas y xenófobos. Pero algún hada madrina hace llegar a mis manos una información de la más autorizada fuente que, bajo distinto calificativo de "invasión por inmigración", muestra y demuestra una total coincidencia, despejando la incógnita que embargaba mi espíritu. Artículo completo.



DULCE VENGANZA


"La gran ola migratoria de finales del siglo veinte y principios del veintiuno es una dulce venganza de los habitantes de los países pobres con los de los países ricos. No es una vindicación tranquilla. Está llena de dolor y sobresalto. Está hecha de lágrimas y desarraigos. Pero tiene su gusto y para mí tiene su risa. Debo confesar que me divierte presenciar a miles y miles de manifestantes en las calles de Estados Unidos. Saber que los migrantes se colaron en la agenda del congreso norteamericano y que ahora es insoslayable reconocerles una parte o la totalidad de sus derechos. Abrir los periódicos y leer que se han organizado en asociaciones poderosas que están pidiendo igualdad entre nativos y recién llegados. Las leyes de hierro para espantar a los migrantes ilegales no han dado resultado. El drástico cierre de fronteras que han impuesto los países ricos no ha surtido el efecto esperado y cada día miles de personas burlan las barreras y ponen su pie en los prósperos territorios del norte. Una parte es devuelta y maltratada y acosada. Es el lado doloroso del asunto. Pero otra parte se queda y hace sentir su presencia en la cultura, en la economía y en la política. Algunos estudiosos optimistas de la migración dicen que la ola migratoria tenderá a disminuir en los próximos años en la medida en que se estabilice la globalización. Dicen que lo más probable es que entremos en una etapa en la cual la mundialización repartirá beneficios y entonces las condiciones de vida en los países pobres mejorarán notablemente. Sería muy bueno que sus predicciones se cumplieran, pero por si no se cumplen estos designios los migrantes tendrán que seguir imaginando nuevas protestas y fortaleciendo sus organizaciones para exigir los derechos que aunque no lo sepan tienen una legitimidad histórica indiscutible". León Valencia Agudelo (antiguo terrorista colombiano).


LA HISTORIA CABEZA ABAJO


Es explicable el temor de la UE, pero en el mismo grado debe comprenderse la gran ola del desesperado sunami migratorio de los países escasamente desarrollados. ¿Qué hacer? No existen recetas universales. Algunos países aún necesitan aumentar su fuerza laboral, pero la mayoría se está saturando y ya resiente la presencia de los que ayer llamaban súbditos y hoy definen como extranjeros. El pragmatismo político le ha cerrado el paso a la musa de la solidaridad. Locales y foráneos tienen como común denominador la necesidad de protegerse. Si los trabajadores procedentes de los pueblos tomados por la fuerza hace más de cuatrocientos años, hoy recién llegados a las naciones otrora orgullosas de expandir sus dominios, hubiesen recibido más atención y cultura, los emigrantes se habrían quedado en su tierra natal o, gracias a haber recibido una buena educación, hoy serían bienvenidos y quizá indispensables en una Europa, y sabrían emigrar cumpliendo con la ley; pero la Unión Europea ha optado por copiar lo malo del modelo migratorio estadounidense. El muro ya no existe en Berlín, está alrededor de Europa. En tiempos de Isabel la Católica la conquista era de norte a sur, hoy la brújula se ha invertido; no es sólo la historia la que está cabeza abajo. Ramón Villeda Bermúdez (hijo del ex presidente hondureño Ramón Villeda Morales).


INMIGRANTES AMENAZAN CON LA GUERRA


En el golfo Pérsico temen una revuelta de la numerosa mano de obra extranjera - La caída del dólar y la inflación hunden el envío de remesas a los países pobres. "Cada mes mando menos dinero a casa". Chidambar, un taxista indio que lleva algo más de un año en la capital de Qatar, se queja de que los riales qataríes que envía cada mes a su familia en Patna (Estado de Bihar) equivalen a menos rupias indias. "Y encima ahorro menos, porque aquí todo está más caro", añade quejoso. En dos frases, Chidambar, de 32 años, ha resumido el problema que padecen los 13 millones de inmigrantes en el golfo Pérsico desde que el dólar empezó a caer frente al euro y otras divisas. Él cobra en riales qataríes, una moneda vinculada al dólar estadounidense que, como las demás divisas de la zona, se ha devaluado frente a las de Asia central. Además, el dinero que manda a casa da para mucho menos porque su país, como muchos otros, sufre una escalada sin precedentes del precio de los alimentos. El sueldo de Chidambar asciende a 1.100 riales mensuales (190 euros) -el empresario le proporciona aparte alojamiento-, pero la inflación en Qatar (un 12 por ciento en 2007) merma su poder adquisitivo y su capacidad de ahorro. No en balde, el grueso de las importaciones del emirato procede de países de la zona euro o de otros asiáticos cuyas monedas se han apreciado frente al dólar. "Las tasas de inflación del grueso de las economías del Golfo han erosionado los incentivos financieros para muchos trabajadores extranjeros (...)" justamente cuando el precio del barril de petróleo, su principal producto de exportación, alcanza niveles nunca vistos, constataba, a principios de año, un informe de Moody's Investors Service. Gracias a ello, Qatar dispone ahora de la más alta renta por habitante del mundo. Hasta algunos imanes, generalmente conciliadores con los regímenes locales, apremian ahora a los emires a tomar cartas en el asunto. "Los Gobiernos deben intervenir y establecer precios fijos para algunos productos básicos para que las personas con escasos recursos puedan sobrevivir", exclamó Yussuf Qaradawi, el célebre telepredicador de la cadena Al Jazeera, durante la oración del viernes que pronunció en la mezquita de Omar bin al Khattab, en Doha. "No me queda más que apretarme el cinturón", se lamenta Chidambar, que dejó en Patna a su esposa e hijo. Otros muchos inmigrantes asiáticos no se han mostrado tan resignados ante la mala racha que atraviesan. Desde principios de año se han multiplicado las protestas y las huelgas en una región del mundo donde están prohibidas. A veces han sido incluso violentas, como en Jebel Ali (Dubai), donde unos 4.000 trabajadores bloquearon calles y autovías y destruyeron el mobiliario urbano para pedir mejoras salariales. La represión fue contundente. Un tribunal local condenó a 45 obreros asiáticos a seis meses de cárcel por incitación a la huelga. Cuando cumplan la pena serán expulsados. Para otros muchos ha bastado con una mera decisión administrativa para que sean proscritos del país. Unos pocos permanecen en un auténtico limbo jurídico. La Misión de los Migrantes en Asia y el Pacífico, una ONG con sede en Hong Kong, denunció el martes la prolongada detención en Kuwait de seis filipinos que, al parecer, encabezaron una protesta de 400 conductores de camiones de la empresa Al Jassim, que suministra combustible a las fuerzas de Estados Unidos en Irak. Las manifestaciones de inmigrantes preocupan a la población originaria del golfo Pérsico. Toma aún más conciencia de su gran dependencia de la mano de obra extranjera. Si se añaden los inmigrantes irregulares a los legales, los oriundos de la península Arábiga son minoritarios en casi todos los países de la zona. "Me temo que mientras construimos rascacielos estamos perdiendo los emiratos", advirtió, la semana pasada, Dhahi Khalfan Tamim, el máximo responsable policial de los Emiratos Árabes Unidos. Aludía al espectacular crecimiento inmobiliario gracias al incremento de la mano de obra extranjera. Durante una conferencia, mostró un vídeo, rodado por la policía, en el que aparecen coches destrozados y tiendas devastadas por los inmigrantes en huelga. "Bloquean las carreteras y arrasan lo que pillan en el camino, pero después los grupos de derechos humanos hablan de los derechos de los trabajadores", afirmó. Aludía a un reciente informe de la ONG Human Rights Watch sobre la semiesclavitud que padecen los inmigrantes en el Golfo. Paralelamente, los grandes países proveedores de inmigrantes ya no les perciben sólo como una fuente de remesas -los envíos del Golfo a la India alcanzan los 20.000 millones de dólares anuales-, sino que comienzan a mostrar cierto interés por protegerles ante los abusos. La India, el país que cuenta con más inmigrantes en la zona, ha empezado a no permitir la contratación en origen de mujeres para el servicio doméstico por menos de 265 dólares mensuales en Arabia Saudí y Bahrein y 300 en los opulentos Emiratos. Filipinas ha ido más lejos, estableciendo un mínimo de 400 dólares para las chicas que emigren a los Emiratos, pero la demanda cayó enseguida un 50 por ciento. Información.


SUDÁFRICA INMIGRACIÓN DESCONTROLADA

PRESIDENTE EVO MORALES AMENAZA CON LA GUERRA

REQUISITOS PARA TRABAJAR EN BOLIVIA

OLIGARQUÍA COLOMBIANA



SOBERANIA CANARIA UN DERECHO

CONTROL INTERNACIONAL DE FRONTERAS


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RAFAEL SÁNCHEZ ARMAS

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